La gastrosquisis es una malformación de la pared abdominal que se corrige mediante cirugía y requiere cuidados hospitalarios especiales, como inmovilización, restricción alimenticia y separación de la madre durante tiempo variable, entre otros. Un estudio ha analizado las posibles repercusiones cognitivas de esta entidad.
Los investigadores aplicaron la prueba de Bailey III a 14 niños, siete nacidos con gastrosquisis y siete controles, con edades comprendidas entre 1 y 42 meses. Dicha prueba está considerada como la de referencia en la evaluación del desarrollo infantil. Los casos no evidenciaron retraso en las evaluaciones relacionadas con la cognición, el lenguaje y la conducta motora, en tanto que en las asociadas a la conducta socioemocional y adaptativa las puntuaciones favorecieron al grupo control, lo que refleja que poseen mejores estrategias de adaptación e interacción respecto al grupo de casos.
Los autores concluyen que la gastrosquisis no afecta el neurodesarrollo ulterior, por lo menos en este grupo que presentó esta única anormalidad y déficits explicables por sus circunstancias perinatales, sin que este pronóstico pueda generalizarse a otros casos con un cuadro clínico más grave, mayor duración de la estancia hospitalaria y comorbilidad asociada. De cualquier forma, es importante informar a los padres desde la etapa prenatal respecto a las consecuencias esperadas de esta patología.
Palabras claveCogniciónGastrosquisisNeurodesarrollo CategoriasNeuropediatría