En una serie de experimentos, la rapamicina previno la enfermedad de Parkinson (EP) en ratones de mediana edad que estaban predestinados genéticamente a desarrollar ese trastorno neurodegenerativo.
Debido a sus efectos secundarios como inmunosupresor, el uso a largo plazo de la rapamicina es problemático, pero los resultados del nuevo estudio sugieren que la utilización de derivados de la rapamicina u otros agentes con propiedades biológicas parecidas podría constituir una terapia novedosa y eficaz para la EP.
Además de demostrar su efecto protector contra la EP en los ratones, los experimentos con rapamicina brindaron un conocimiento más profundo del papel que desempeña la proteína Parkina, codificada por el gen PARK2 en humanos. Las mutaciones en PARK2 se relacionan más habitualmente con las formas esporádica y familiar de la EP, y la proteína Parkina desempeñaría un papel mucho más amplio de lo que se suponía originalmente.
Palabras claveParkinsonrapamicina CategoriasNeurodegeneraciónTrastornos del movimiento