Un estudio sugiere que el litio, un fármaco que durante años se ha utilizado para los adultos con trastorno bipolar, podría usarse de forma segura también en los niños, al menos a corto plazo.
El grupo de investigación siguió los resultados de 81 pacientes jóvenes de trastorno bipolar, que tenían entre 7 y 17 años, y a quienes se dividió en dos grupos: uno, compuesto por 53 pacientes, comenzó a tomar una dosis estándar de litio; si no se lograba controlar sus síntomas anímicos, se incrementaba la dosis hasta el máximo de forma gradual durante ocho semanas; el otro grupo, de 28 pacientes, tomó un placebo.
Los pacientes que tomaron litio mostraron una mejoría más evidente en sus síntomas en comparación con los que tomaron el placebo. El 47% (n = 25) del primer grupo mejoró ‘mucho’ o ‘muchísimo’ en comparación con el 21% (n = 6) del grupo de placebo. A diferencia de otros fármacos psiquiátricos, como la risperidona o la olanzapina, el litio no se asoció con un aumento significativo de peso. Además, ninguno de los pacientes que tomó litio sufrió efectos secundarios graves relacionados con el medicamento.
Debido a la duración relativamente corta del estudio, los autores apuntan que deben evaluarse los efectos del uso a largo plazo del litio en los niños, lo que incluye el riesgo de aumento de peso y de problemas de riñón y tiroides.
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