La vitamina D podría ralentizar el avance de la esclerosis múltiple (EM) y también reducir la actividad cerebral nociva. Corregir la deficiencia de vitamina D a principios de la enfermedad es importante, ya que en un reciente estudio, los niveles de vitamina D en el momento de los primeros síntomas de EM predijeron el avance de la enfermedad durante los cinco años siguientes. Las personas con unos niveles más bajos de vitamina D (< 50 nmol/L) eran más propensas a desarrollar nuevas lesiones cerebrales y a tener un peor pronóstico en comparación con las que presentaban niveles de vitamina D superiores.
Los investigadores midieron los niveles de vitamina D en 465 pacientes con señales de EM que participaron en un ensayo diseñado para estudiar el tratamiento con interferón β-1b. Durante los cinco años siguientes, los pacientes se sometieron a pruebas de resonancia magnética para observar las lesiones cerebrales asociadas con la enfermedad. Durante el primer año de seguimiento, aumentos de 50 nmol/L de vitamina D se asociaron con un riesgo un 57% inferior de desarrollar nuevas lesiones cerebrales. Además, estos pacientes tenían un riesgo un 57% más bajo de recaída, un incremento un 25% inferior en el tamaño de las lesiones en secuencia T2 y una pérdida anual un 0,4% más baja del tamaño cerebral durante el transcurso del estudio.
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